El sonido en realidad son pequeñas vibraciones que se propagan a través del aire. La onda de sonido viaja desde una fuente externa hacia el interior de nuestro oído. El tímpano convierte este sonido en una vibración mecánica, y esta señal es recibida por la cóclea (el oído interno) que está conectada al sistema auditivo y transmite esta señal al cerebro. Sin embargo, hay algunas ocasiones que escuchamos desde el oído interno, como nuestra propia voz.
Los avances tecnológicos han permitido que la conducción ósea se democratice y esté al alcance de todos. La conducción ósea es un sistema que está diseñado para emplear las capacidades naturales del cuerpo para transmitir el sonido. Una ventaja para las personas que sufren algún daño en el oído externo, porque pueden seguir percibiendo el sonido sin pasar por el tímpano. La conducción ósea hace la función de tímpano y mediante las propiedades conductoras del hueso llega el sonido a través de los huesos y la piel.